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SOMATODISPRAXIA
Lic. T.O. Gloria I. Chumbita Jefa del servicio de Terapia Ocupacional del ° Centro de Rehabilitación Neurológica° de La Rioja. Argentina. Profesora Adjunta de la Cátedra Teoría de T.O. II de la Licenciatura en Terapia Ocupacional de la Universidad Nacional de La Rioja. Argentina e-mail: gloriap@arnet.com.ar “Nosotros observamos praxis cuando observamos la habilidad del Individuo para interactuar con su ambiente físico.....” (Cermak. 1991) Ayres definió la praxis como: “...la habilidad del cerebro para concebir, organizar y llevar a cabo una secuencia de acciones desconocidas...” (1979,p. 183) y más adelante diría que implica: “.... planear y ejecutar movimiento coordinado en tres pasos secuenciales: Ideación o conceptualización de una acción, planeamiento o elección de una estrategia de acción y la ejecución motora de la acción” (1985). De
la definición se desprende que la planificación motora
ocurre frente a actividades nuevas o diferentes en su forma de
realización y por otra parte que cuando observamos
una acción motora, inferimos dos acciones subyacentes
previas que el individuo ha tenido que sortear: la idea de “que hacer”
y el plan de “como” lo implemento. De mediar adecuadamente estos pasos,
el individuo podrá organizar, planificar y ejecutar destrezas y
habilidades de un modo eficiente; lo que impacta indudablemente en el
desempeño de las actividades cotidianas. Así mientras la
definición de praxis aparenta ser sencilla, el proceso en
si es complejo y es mucho mas que “coordinación motora” e
incluye tanto procesamiento sensorial como cognitivo. Podríamos
decir que tiene diversos componentes:
La
somatodispraxia es un tipo de dispraxia que Ayres denominó
así para resaltar la base somatosensorial de este
déficit. La dificultad que tiene el niño para planear y
ejecutar ese plan seria debido a un problema de discriminación
sensorial del input táctil-propioceptivo, así lo
demostraron los estudios de factor de análisis que Ayres llevo a
cabo en 1972 y en 1989, y confirmados por los estudios de Mulligan en
1998, que demostraron la relación de bajo score en los test de
planeamiento motor y de discriminación táctil. El
avance de los estudios de las Neurociencias también reflejan que
existe relación en este sentido , ya que el área
premotora y motora de la corteza cerebral recibe información de
la corteza somatosensorial (Kandel, Schwartz & Jessell, 1995).
La
dificultad para discriminar estas sensaciones impactan en el esquema
corporal, que es el actor de la praxis, por lo cual los
niños con somatodipraxia lucen como “torpes”, “cansados” o
“con baja energía”. Llegan a una consulta de T.O. por estas
dificultades y porque son lentos para aprender las actividades de la
vida diaria, o porque tienen dificultades en la motricidad gruesa y
ejecución de actividades deportivas, o por problemas en la
escritura.
Sus
dificultades tanto en la ideación como en la
formulación del plan de acción, les demanda mayor
tiempo y energía al aprender nuevas actividades y el
déficit del feedforward como del feedback les lleva a cometer
numerosos errores al ejecutar una acción, con escasas
posibilidades de organización o reorganización de sus
movimientos. Muchas veces los niños no pueden generalizar el
aprendizaje de esa tarea a otra y repiten estrategias aprendidas que no
se adecuan a las nuevas situaciones ambientales, luciendo como chicos
sin ideas de que hacer con su cuerpo o transformándose en los
“copiones” del grupo que frente a la dificultad de poder generar
ideas propias, copian lo que los demás hacen.
A
nivel de su conducta se observa que tienen baja autoestima y poca
tolerancia a la frustración, y generalmente prefieren “hablar”
que “hacer” pudiendo interactuar en grupo como “manipuladores”
Hay
otros indicadores que deberá tener en cuenta el T.O. al efectuar
la evaluación, los cuales puede recabar a través de las
observaciones clínicas u otras evaluaciones standardizadas
como son: Flexión supina inadecuada, dificultad en el toque
secuencial de dedos (Pulgar-dedos), déficit en
coordinación motora bilateral (como Diadokocinesis, salto en dos
pies, etc.), dificultad con actividades de praxis secuencial, praxis
postural y praxis oral. Déficit en Grafestesia,
Esterognosia, Morfognosia, localización del estimulo
táctil, kinestesia (toque dedo-nariz).
Otras características a considerar son déficit en el equilibrio y en la estabilidad articular, como así también presencia de tono muscular bajo. Los
niños con somatodispraxia pueden ser abordados desde
Integración sensorial, pero en diversas ocasiones
pueden beneficiarse de otros enfoques terapéuticos como son:
Procesos Cognitivos, o aproximación multimodal y polisensorial o
estrategias de memoria y aprendizaje o la teoría de
acción de sistemas, provenientes de la Teoría de Control
Motor.
Muchas
veces el T.O. puede comenzar el tratamiento con Integración
sensorial y luego de avanzado el tratamiento virar hacia estos
enfoques, o si tiene formación en los mismos combinar estas
terapias.
Desde
la perspectiva de Integración sensorial, el T.O. debe tener en
cuenta algunos ítems en la intervención:
Bibliografía
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