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El por qué de la
dificultad lectora en las Andrews y Mason (1991) apuntan tres posibles causas que explican las dificultades en lectura de los estudiantes sordos. En primer lugar, señalan la falta de conocimientos del medio y las pocas experiencias previas con los principales temas de los textos, como una causa de los bajos niveles en lectura de estos estudiantes. Los sordos inician el aprendizaje formal de la lectura con un repertorio lingüístico y conceptual reducido, debido a que en la generalidad de los casos el diagnóstico de la sordera ocurre después de los dos años de edad y a que la gran mayoría de los niños sordos nace en familias oyentes que desconocen la lengua de signos. La segunda se refiere a la pobreza en las habilidades lingüísticas orales de los lectores sordos, ya que presentan un léxico limitado, un menor conocimiento de palabras polisemánticas, un desconocimiento de expresiones idiomáticas e igualmente tienen dificultades con el lenguaje figurativo, las formas sintácticas y las inferencias. Una tercera causa planteada por los investigadores hace referencia a que la forma del lenguaje de signos, comúnmente el más usado entre la población sorda, es estructuralmente diferente del lenguaje oral. La falta de eficiencia en la lectura también se atribuye a que, para los niños que se comunican con signos, el lenguaje oral es un lenguaje extranjero (Paul 1998). Otros autores han señalado que una posible causa es que los niños sordos no formulan suficientes preguntas cuando se enfrentan a un texto escrito o que tienen menos interacciones con el significado de la lectura durante sus años preescolares (Lasazo 1993). Por consiguiente, el déficit en la competencia lingüística se postula como uno de los principales factores del fracaso lector de los estudiantes sordos. Cuando se pretende desvelar las principales dificultades de los estudiantes sordos en el momento de enfrentarse con el aprendizaje de la lectura, uno de los primeros factores que aparece es la competencia lingüística. Para realizar este análisis es fundamental considerar las variables individuales que influyen en la sordera (grado de pérdida, edad de comienzo, sistemas de comunicación, estatus de audición de los padres, etc.), puesto que de ellas depende, en gran medida, el nivel lingüístico que presenta el estudiante sordo y el dominio del lenguaje oral o gestual que posee al iniciar el aprendizaje de la lectura. La mayoría de los autores concuerdan en
señalar que la pobreza de vocabulario en los sordos se relaciona con el
grado de pérdida auditiva y se correlaciona con las habilidades de
lectura. Los investigadores explican que los problemas de lectura de los
sordos pueden ser producto del desconocimiento del significado de las
palabras que aparecen en el texto escrito, que estos lectores se fijan
más en las palabras familiares y usan más sustantivos concretos y verbos
familiares que palabras abstractas. Así como las habilidades léxicas son la base para la comprensión del lenguaje, las habilidades sintácticas son un aspecto básico de la comunicación, ya que las palabras aisladas no transmiten información por sí mismas. La estructura sintáctica representa la forma en que los sujetos organizan su lenguaje, el mensaje se comprende a través de las relaciones que se establecen entre las palabras. Schirmer (1994) en el desarrollo sintáctico involucra morfología y sintaxis. Señala que cuando los niños aprenden las formas del lenguaje están descubriendo implícitamente las reglas que las gobiernan. De este modo, los morfemas (la unidad más pequeña de significado de las formas gramaticales) se combinan en las palabras (morfología) y éstas en oraciones (sintaxis). La capacidad para integrar información a
través de unidades lingüísticas es clave para el procesamiento de la
información a nivel oracional e intraoracional. En este sentido, el
dominio de las estructuras sintácticas resulta fundamental para
establecer relaciones que organicen y den sentido al lenguaje. No
obstante, el conocimiento sintáctico es uno de los aspectos en que los
sordos presentan mayores dificultades. Por ello, la sintaxis se ha
convertido en una de las variables más investigadas en el campo de la
sordera. Al respecto, Paul (1998) plantea que para los sordos, y
posiblemente para los aprendices de una segunda lengua, el conocimiento
sintáctico es un buen indicador de la habilidad lectora, porque requiere
la destreza para integrar información a través de unidades
lingüísticas como palabras, frases y oraciones. ¿Pero que es Jclic? Las actividades no se acostumbran a presentar solas, sino empaquetadas en proyectos. Un proyecto está formado por un conjunto de actividades y una o más secuencias, que indican el orden en qué se han de mostrar. Existen actualmente una gran cantidad de proyectos, hay que recordar que Jclic trabaja con una licencia GNU es decir, es totalmente gratuita, esto hace que esta herramienta sea utilizada por educadores en diferentes áreas. Pero no todos los proyectos creados con Jclic son válidos para la educación de Personas Adultas Sordas. La creación de actividades específicas supone realizar una valoración previa de las necesidades reales de este colectivo. Se ha demostrado a través de una investigación realizada en la Universidad de Salamanca que un proyecto Jclic llamado LECTOR que contiene actividades especificas para la educación de estrategias sintácticas y semánticas en lectura para Personas Sordas Adultas, es útil para mejorar la comprensión lectora. Existe una página www.signando.com que ofrece información a cerca de varios temas relacionados con las personas sordas. En el apartado de enlaces se puede encontrar uno apuntando a JClic. Las nuevas tecnologías nos brindan la
posibilidad de educar a estas Personas, pero, hay que saber elegir el
medio y adaptarlo a las necesidades. Carolina de Castro Costa Miguel Ángel García Gallego |
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